Dermatología Clínica

La dermatología clínica se basa en el conocimiento de la anatomía, la fisiología y la patología de la piel, así como en la comprensión de los factores genéticos, ambientales y de estilo de vida que pueden influir en la salud cutánea. Alguno de los afecciones que suelo atender con mayor frecuencia son:

Dermatitis Alérgica

La dermatitis alérgica puede ser causada por una amplia gama de sustancias, como fragancias, conservantes, metales (como el níquel), látex, productos químicos de limpieza, plantas y productos para el cuidado de la piel. Los síntomas pueden variar desde enrojecimiento y picazón hasta ampollas y descamación. El tratamiento generalmente implica evitar el desencadenante, usar cremas o ungüentos tópicos para aliviar los síntomas y, en casos más graves, puede ser necesario recurrir a medicamentos orales o inyectables.

Psoriasis

La psoriasis es una enfermedad crónica del sistema inmunitario que afecta la piel y, a veces, las articulaciones. Se caracteriza por manchas rojas, elevadas y cubiertas de escamas plateadas que a menudo aparecen en los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y la parte baja de la espalda. La psoriasis puede causar picazón, dolor e incomodidad. El tratamiento puede implicar el uso de cremas y ungüentos tópicos, terapia de luz (fototerapia), medicamentos orales o inyectables, y tratamientos específicos para las uñas o el cuero cabelludo, según la gravedad de la afección. Más información.

Vitiligo

El vitiligo es una enfermedad en la cual las células que producen pigmento en la piel (melanocitos) son destruidas, lo que resulta en la aparición de manchas blancas o claras en diferentes partes del cuerpo. Aunque la causa exacta del vitiligo no se conoce por completo, se cree que es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca y destruye los melanocitos. No existe una cura definitiva para el vitiligo, pero hay opciones de tratamiento disponibles, como cremas tópicas con esteroides, terapia de luz (fototerapia), tratamientos con láser, trasplante de melanocitos y maquillaje especial para camuflar las áreas afectadas. Más información.

Rosácea

La rosácea es una enfermedad crónica de la piel que afecta principalmente la cara. Se caracteriza por enrojecimiento facial persistente, vasos sanguíneos dilatados, pápulas y pústulas similares al acné. Los desencadenantes comunes incluyen la exposición al sol, el calor, el estrés, el alcohol, ciertos alimentos y bebidas (como comidas picantes o calientes), y algunos medicamentos. El tratamiento para la rosácea puede implicar el uso de productos tópicos, medicamentos orales, terapia con láser y cambios en el estilo de vida para evitar los desencadenantes conocidos.

Acné

El acné es una afección común de la piel que ocurre cuando los folículos pilosos se obstruyen con sebo y células muertas de la piel. Esto puede resultar en comedones abiertos (puntos negros), comedones cerrados (espinillas), pápulas, pústulas y, en casos más graves, nódulos o quistes. Los factores hormonales desempeñan un papel importante en el acné, especialmente durante la adolescencia, pero también puede afectar a personas de todas las edades. El tratamiento puede incluir productos tópicos (como cremas o geles que contienen peróxido de benzoilo o ácido salicílico), medicamentos orales (como antibióticos o isotretinoína) y procedimientos dermatológicos.

Manchas de la piel

Las manchas en la piel pueden tener diferentes causas y características. Algunos ejemplos comunes son las manchas de la edad (manchas planas de color marrón claro a oscuro que suelen aparecer en áreas expuestas al sol), el melasma (manchas oscuras que generalmente se desarrollan en la cara durante el embarazo o debido a cambios hormonales), los lentigos solares (manchas oscuras pequeñas y redondas que resultan de la exposición solar crónica) y los nevus (manchas de color marrón a negro que son lunares comunes). El tratamiento puede variar según el tipo y la causa de las manchas en la piel, pero generalmente implica el uso de protectores solares, productos despigmentantes tópicos, tratamientos con láser o crioterapia para eliminar las manchas.

Infecciones cutáneas

Las infecciones cutáneas pueden ser causadas por diferentes agentes infecciosos. Algunos ejemplos comunes incluyen el impétigo, que es una infección bacteriana superficial de la piel que causa ampollas y costras; el pie de atleta, que es una infección fúngica que afecta principalmente los pies y provoca picazón, descamación y enrojecimiento en los espacios entre los dedos; el herpes, que es una infección viral que causa ampollas dolorosas y recurrentes en los labios, boca o genitales; y la sarna, que es una infestación parasitaria causada por ácaros que provoca picazón intensa y erupciones en la piel. El tratamiento de las infecciones cutáneas puede implicar medicamentos tópicos o orales, antifúngicos, antivirales, cremas o lociones para aliviar los síntomas y, en algunos casos, medidas de higiene y control ambiental.

Es importante visitar a un especialista en dermatología para una una intervención Es importante destacar que cada condición dermatológica puede variar en gravedad y presentación clínica, y el tratamiento adecuado dependerá del diagnóstico preciso. Si presentas alguna preocupación o síntoma relacionado con la piel, debes consultar a un profesional de la salud para obtener una evaluación y orientación adecuadas.

Debes consultar al especialista